LA RUTA DE CASADO
En la imagen, la ruta. Se cree que la pala en primer término fue la utilizadaFue establecida hacia la primera mitad del siglo XXI.
Comunicaba un centro escolar con un paredón contiguo.
No quedan vestigios de la pala.
Se da la circunstancia de que el colegio estaba cerrado, precisamente a causa de la nieve, y que el paredón contiguo no llevaba a ninguna parte. Pero, como bien se encargaron de explicar los simpatizantes del estadista, la gesta tiene un profundo significado testimonial y simbólico por cuando que muchos vieron en ella el paradigma de las cosas bien hechas y el camino hacia la libertad y la esperanza, entregados como estaban no solo a los estragos del temporal sino a los de una feroz pandemia vírica que algunos soportaban además en medio de un estado de permanente ayusidad por un conflicto local que los textos no aclaran.
Pablo Casado, en el momento de inventar el estilo Fosbury |
La gesta recuerda la del otro gran aventurero de ascendencia ibérica, Fernando de Magallanes, quien siglos atrás y de modo semejante consiguió abrir por el cono sur americano otra ruta que comunicaba los continentes y permitía el comercio y el tráfico de oro y especias, si bien no queda testimonio gráfico de la gesta porque Magallanes era feo y no le gustaban los retratos. La de Casado sí, y bien guapo que es, y la ruta por él abierta permanece indeleble en el recuerdo de los que vivieron aquella epopeya. La ruta en sí no queda en absoluto, porque desapareció conforme se disolvía la nieve y además que unos operarios la desfiguraron a los diez minutos al echar paladas indebidamente.
Hay quien establece un nexo temporal entre la Ruta de Casado y la conocida expresión "Hacerse un casado" esto es, hacer como que se hace para que te vean los vecinos, generalmente con ropa ligera y avío inadecuado, pero esto al parecer es un infundio proveniente del testimonio de detractores de Casado, que también los había por aquella época.
Antes de la Ruta de Casado, solo la de Magallanes comportaba un cierto valor épico. Pero vamos, nada que ver. |